El uso de la energía solar fotovoltaica para la agricultura se traduce en sistemas de bombeo de agua para el riego.
A través de la energía generada por los paneles solares se activan las bombas de tal manera que permite almacenarla en depósitos para un uso posterior o bien de manera directa. Mediante sistemas mixtos (gasóleo o electricidad de la red), se puede bombear en las horas nocturnas.